Isaac Newton, célebre físico y apasionado estudioso y practicante consumado de la alquimia dijo: “Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano”. Pero te invito a hacerte esta pregunta: ¿Buscás realmente la verdad o preferís seguir creyendo en un mundo personal de sensaciones, ilusiones y apariencias tan pequeño como esa gota de agua?  

Detente un segundo. Respira profundo, invoca al Espíritu Santo diciendo ahora con amor esta pequeñísima oración que llegó a mi corazón desde el Cielo una tarde de París: “Ven a mí Espíritu de la verdad. Tú que habitas en todas partes y portas la semilla secreta que da el fuego secreto a la vida, ilumina la morada de mi corazón y abre sus oídos en cada latido a todo lo que deba oír, ver y sentir para cumplir los pasos de la misión que me has encomendado. Haz que tu bendita paloma que bajó en el bautismo de Jesucristo me dé de comer ahora 3 veces, directamente con su pico santo, el alimento de luz que porta desde el cielo. En el Nombre del Padre, en el Nombre del Hijo y en el Nombre del Espíritu Santo. Amén”. 

Retén el fuego del aire en tu corazón 7 segundos y piensa en algo que has buscado con toda tu fuerza. Cuando lo sientas exhala.

  
 

Si lo has hecho una parte de ti está atenta al llamado. Si pensaste que no debías hacerlo otra parte de ti desconfió o no encontró sentido a mi propuesta pero seguiste buscando. Pero para los dos esta imagen es por demás elocuente: “El buscador parece un pez nadando como un fugitivo en contra de la corriente de su propio cardumen.” Ya lo dijo el autor del majestuoso poema y tratado de angelología conocido como El Paraíso Perdido, John Milton: “En un mundo de fugitivos el que transita el justo camino, parece huir.” Nada más cierto. Muchas veces esta búsqueda nos lleva a sentirnos alejados de nuestros pares y la experiencia de hablar sobre ella con la mayoría de las personas nos llevó a un alejamiento mucho mayor.

Al comprender esto se entiende finalmente por qué el sabio conoce y calla, sabe que el conocimiento llega a quien lo pide y lo sabe esperar con oración, amor y respeto al Creador. Sabe que el conocimiento y la verdad no desean ser recibidos por la mayoría, simplemente porque aún Dios no los ha dispuesto a ello, y en una escala mayor, nosotros estamos incluidos en ese mismo segmento en relación con misterios mayores.

  
 
Si has hecho la oración y elevado el pedido, no te extrañe que alguna forma de respuesta recibas a tu pregunta, probablemente cuando menos lo esperas. Nunca lo olvides, pedimos luz y protección con insistencia, pero la voluntad es dominio de EL. Como así también, en una escala menor, tu voluntad es sólo tuya. Pensaste en rezar y pedir al bendito Coro Dominaciones que Dios potencie tu fuego para hacer cada vez mas fuerte tu voluntad? 
Y el que busca encuentra…
Y yo busqué yendo al mediodía del domingo, a visitar Notre Dame, la iglesia que tiene evidentemente grabados en sus esculturas vitrales cada uno de los pasos de la Gran Obra alquímica. Algo que nos mostró Fulcanelli, el alquimista operativo y autor de libros más importante y misterioso desde el legendario fabricante de oro de París, Nicolás Flamel.
Y estando parado frente a la segunda puerta, mirando el esplendor de esta obra de Dios una mano tocó mi espalda. Era Franck, quien rápidamente me dijo: Llevas mala energía encima de forma egipcia. Por casualidad no te habrás metido en el Louvre, en la sala de abajo, donde están las momias?
Yo me quedé helado, de allí venía, siendo arqueólogo imposible era para mí no hacer esa visita, pero cómo este hombre que no lo sabía lo detectó en un instante?
Esta historia tan real como Notre Dame nos lleva a pensar: Todo es realmente así como lo vemos... o conocemos lo menos esencial de la vida? Vemos lo evidente: el cuerpo que se manifiesta de las cosas, algunos creen que esa superposición y sumatoria de cuerpos físicos conforman el todo. Nada más falso: la última manifestación de la forma física es sólo el último de 10 “sobres” que contienen nuestro cuerpo o sal, espíritu o mercurio y alma o azufre. Pero ¿Cómo explicarlo al que no lo ve, no lo siente, ni siquiera lo presiente?  
 
 
Diría un practicante de la alquimia como Newton o un alumno avanzado de radiestesia holística: es fácil ver la sal (cuerpo) de este mundo, compuesta por sus tierras y sus aguas, mucho más difícil es abordar al espíritu, y menos aún penetrar el fuego del Azufre del alma que impulsa todas las cosas. Ahora pensando como un radiestesista practicante esto implica que la radiestesia física está al alcance de todos ya que mide lo material, a lo que tenemos acostumbrados nuestros sentidos, la psíquica la practican muchas menos personas, y aún más especial es la radiestesia espiritual, llave de todo, que depende de un proceso de iniciación y a la que definitivamente acceden muy pocos.

Primera conclusión: existen tres radiestesistas en cada uno de nosotros, uno físico, otro psíquico y otro espiritual que tiene como misión decodificar los procesos ocultos que son la esencia del conocimiento. Así vemos los efectos de una enfermedad y no su origen espiritual.  
“Creo para comprender, y comprendo para creer mejor” dice San Agustín, y nada más concreto para acercarse al proceso que ilumina los pasos. Para quienes pretenden iniciar el camino, -aunque crean haberlo iniciado ya muchas veces- queda flotando otra enseñanza de Newton: “He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una conchilla más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi”.

Y yo pregunto ¿Dónde reside ese océano de la verdad? Y mi corazón resuena: En el canal que Dios nos entrega día a día por obra de su amor y en nuestra propia y exclusiva misión en esta creación.

  
 

Radiestesia Holística

He usado la palabra radiestesia sin adentrarme en el tema. Por si no lo sabías en 1933, el abad Bouly, uno de los muchísimos religiosos practicantes de técnicas de sensibilidad especial conocidas hasta entonces como rabdomancia, zahorí o varilla, decide en el congreso de Avignon introducir el nombre de radiestesia. 
Originada en dos palabras griegas: radius, radiación y aisthesis, sensibilidad, esta disciplina dedicada a desarrollar la “sensibilidad a las radiaciones” tomaba cuerpo de arte. Pero no hay que confundirse, no se trata de una ciencia, el término sensibilidad habla de una cualidad variable de persona a persona. Para que lo entiendas mejor: La vibración original y sus transmutaciones a lo largo de su corporización en 10 niveles de existencia son la música (la información a decodificar), la radiestesia el instrumento (percepción más uso del péndulo) y el radiestesista el instrumentista. Pero la pregunta del millón es quién responde? Y así bajo un falso tinte científico la nueva disciplina autodenominada radiestesia borró a Dios cortando todo camino al creador suponiendo que el origen de la información recibida estaba en la mente del propio operador. Basta sólo recordar que la radiestesia hebrea, egipcia, sumeria, romana e incluso la radiestesia en India y China, fueron practicadas dentro de un sistema de conocimiento cósmico incuestionablemente ligado a lo sagrado.

Algo no cerraba… sería posible integrar los tres tipos de radiestesia en uno sola, holística y emanada por el brillo del Espíritu Santo?

  
 
Una fría tarde parisina de 1987, sentado con mi amigo radiestesista Frank Senequier Crozet, el mismo que me sorprendió en las puertas de Notre Dame, nos encontramos para beber una copa de vino caliente. Llevábamos seis meses sin vernos. El lugar elegido, un pequeño café ubicado en el antiguo barrio de Le Marais, (el antiguo barrio de alquimistas donde aún se encuentra la casa original de Nicolas Flamel, finalmente reconocido alquimista gracias a las películas de Harry Potter).
Esa tarde tuvimos una charla que cambió para siempre mi concepto de la radiestesia, arte que practicaba desde pequeño cuando leí en el diario un artículo contando como era utilizada en Egipto para detectar objetos arqueológicos enterrados en la arena.

La oportunidad era inmejorable: Franck un radiestesista clásico con información recogida de los principales investigadores europeos, editor de la prestigiosa revista esotérica L´Inconnue que estaba preparando su nuevo libro sobre el tema, y yo que intentaba encontrar el puente que une a la radiestesia con las ciencias sagradas. 
Si busca una ciudad emblemática en Radiestesia no dude que Paris es la ciudad de radiestesistas por tradición. Para muestra hace falta un botón, después de un rato de charla decidimos llevar manos a la obra y ambos sacamos nuestros péndulos, los usamos sobre tablas y nadie nos miró raro, ni preguntó nada, para los parroquianos del bar era algo absolutamente común… otros más midiendo.

  
 
Estuvimos muchas horas charlando y trabajando y recuerdo algunas de mis preguntas

a) Existió una radiestesia ligada a la ciencia sagrada en Europa? Aclaración: Y cómo no haber hecho esa pregunta después de haber visto, una semana antes, a dos cardenales comprando péndulos en la histórica Maison de la Radiesthesie fundada en 1925. 

Respuesta; Sí, la historia y el presente lo reflejan, pero la tradición se guarda en el secreto de las parábolas y las palabras encriptan al desconocedor el verdadero proceso iniciático.  

b) Es sólo un fenómeno físico? 
En principio sí, pero como resulta evidente, es muchísimo más que eso. La radiestesia física es muy simple y efectiva para medir lo material, pero muy limitada para descifrar objetivos intangibles (por ejemplo preguntar sobre la Atlántida). 

c) Es como todos predican en la era de la psiquis un fenómeno mental? 
En parte si, en su mayoría no. Desde el punto de vista espiritual es buena recordar las palabras de Maurice Magre, “En el horror de lo que las personas de una cultura científica engloban bajo el nombre de creencia supersticiosa, se ha inventado una divinidad nueva, a la cual se le ha adjudicado supersticiosamente poderes más extendidos que aquellos de los dioses de la mitología griega o de los ángeles cristianos! Lo han llamado el inconciente…”. El indemostrable inconciente es capaz de justificar toda respuesta, más aún si se lo denomina colectivo. A la hora de justificar esta teoría, también son buenas las tradicionales palabras de Hermes Trimegisto “Todo es mente” desconociendo de raíz cómo debe leerse un texto iniciático y lo cuidadoso que se debe ser con las interpretaciones. La experiencia personal me ha demostrado que el entrenamiento inicial mental del movimiento de la herramienta radiestésica por excelencia solo logra colocar una barrera insalvable para el alumno.

El péndulo termina moviéndose para donde él lo desee…
Si alguien ha aprendido de esta forma, es hora de replantearse este sistema, que no ha demostrado ser bueno cuando de respuestas trascendentes se trata.
Por último: mover un péndulo no es importante. La radiestesia es un proceso interior que solo refleja el péndulo como la punta del iceberg, un alumno avanzado de radiestesia holística podría prescindir de esta herramienta por otras espirituales secretas miles de veces más potentes y exactas.

  
 
d) Todos somos radiestesistas?
La sensibilidad está en todos aunque de manera diferente. Obviamente en algunos se manifiesta prontamente, lo que no quiere significar mucho, pues he visto con los años, con trabajo espiritual y técnico, verdaderas sorpresas. El Espíritu Santo se manifiesta dónde y cuando Dios lo decide y eso es algo que todo radiestesista no debe olvidar. 

e) Cuáles son los límites? 
Muchos, ya que todo don debe emplearse para ayudar dentro de los límites y formas precisas que el Espíritu y los sabios nos han mostrado en los propios libros sagrados. Hay algo maravilloso y poderoso dentro y fuera de nosotros: de El todo depende, no se debe hacer de la radiestesia una herramienta que sirva para todo lo contrario que sea la búsqueda del bien como único fin.  

f) Existe una radiestesia atea y otra religiosa?
Si, la mayoría aparta de Dios al arte radiestésico. 

g) Quién mueve el péndulo? 
Está pregunta es fundamental y en mi opinión, si la respuesta es de Dios como pretendemos, los vehículos que el Espíritu Santo haya puesto para ese fin.

Entraba la noche y le dije a Franck: te propongo que nos pongamos a trabajar en un método que una desde el cielo a la tierra y desde la tierra al cielo nuestras experiencias y sea una fuente de conocimiento para todos. Que sea simple, posible y que se adapte a las necesidades de conocimiento de cada persona. Así nació el primer método que constaba de lo muy básico para nosotros, pero que revolucionaba el sentido de la radiestesia y Franck lo llamó Radiestesia Holística, palabra que reúne los tres pilares del ser humano como creación divina. Cuerpo, Espíritu y Alma.
  
 

Pasaron los años y las 3 Tablas para medición iniciales se convirtieron en un cuerpo de más de 200 de las que oficialmente se publicaron 50. Se generó un cuaderno de oraciones secretas para invocar al Espíritu Santo que se enseñan siguiendo el método iniciático.
Se replanteó el uso de unidades Bovis para medir la vibración en tres niveles: Físico, Psíquico y Espiritual generando un mapa vibracional de 3 dimensiones. Se creó el concepto de estructura vibracional holística. Se expandió el concepto de vibración al ser aplicado sobre un campo un terreno determinado generando el concepto de influencia.
Se amplificó el estudio del origen determinado de un problema. Y se logro un método integral, aplicable a cualquier nivel de conocimiento en toda actividad humana.

Espero que esta corta histora haya desertado en vos el deseo de buscar y encontrar en Dios las respuestas que tano anhelas. Yo empezará como tods los años mi curso en marzo quie como siempre será diferente cada año. Basado en las necesidades de mis alumnos y en las últimas fases de lo que estoy investigando ahora. Como ves, yo sigo buscando como vos y cada uno en su forma junta gotas de agua como nos contó Newton para crear el propio océano. Que al agua que porta el rocío del Espíritu Santo bendiga tus pasos, lave todas tus manchas y haga reflejar e n tu corazón el amor de Dios en todo el color secreto de su fuego.

Bendiciones.
Sergio Etcheverry