1. Los profetas nos han hablado de la substancia y de la esencia de Dios, (pero nosotros escudriñamos sus textos para descubrir en ellos la historia, la moral, la poesía o la adivinación! ¡Oh, estúpida ceguera de los inteligentes y de los sabios! ¡Oh, mediocridad satisfecha de los creyentes! 1'. No adaptemos las Escrituras santas a nuestros pequeños pensamientos, ya que al final todo irá mal para nosotros. Dobleguemos, más bien, nuestros deseos a la palabra de Dios para gozar de la protección y de la ayuda del Todopoderoso. "Si nos aferramos ciegamente a nuestras opiniones, ¿cómo podrá Dios instruirnos en la vida?"
2. ¿Quién sabrá coger en la trampa la vida del Altísimo? ¿Quién sabrá madurarla y quién sabrá comerla a fin de volverse como ella, puro, libre y eterno? 2'. Son bellos pensamientos, dice la gente superficial cuando hojea el Libro, pero los que están instruidos piensan: "Son las cerraduras y las llaves de la puerta de la vida."
3. Si frecuentamos a los brutos, los malvados, los astutos o los impíos, nos volveremos como ellos. Razón de más, si frecuentamos a Dios y a sus verdaderos amigos, también seremos hechos a su imagen y saborearemos la bebida de la vida pura. 3'. El Libro habla a la intuición, al amor y a la memoria profunda, y no a la inteligencia, a la voluntad y a la razón superficial de los hombres. "Lo que dice el Libro es grande, pero lo que induce en cada uno de nosotros es inconmensurable."
4. Los Sabios y los santos auténticos atribuyen sólo a Dios el mérito y la alabanza de todo lo que hacen en su NOMBRE. "¡Oh, perfecta humildad del conocimiento verdadero!" 4'. La ciencia de la naturaleza conduce al conocimiento substancial, y la ciencia de Dios conduce al conocimiento esencial. Quien posee estos dos tesoros es heredero del Señor eterno y viviente.
5. La religión y la iniciación transmiten una enseñanza preciosa; nos corresponde resucitarla por nuestra fe, animarla por nuestro amor y manifestarla por nuestro conocimiento. "Los falsos creyentes son mil veces más repulsivos que los brutos impíos." 5'. ¿Qué dirán los hipócritas de aquél que llama a Jesucristo su hermano mayor? "El silencio, luego la calumnia, después la persecución si les es permitido, ya que habiéndolos abandonado Dios, ahora es el demonio quien los inspira."
6. El Libro bien puede contener la verdad, pero si nuestros corazones no participan de ella, es como un tesoro inútil ante el cual todos mueren de hambre y de sed. 6'. No pensemos: "Nos haremos ricos y luego buscaremos a Dios". Más bien, digamos: "Buscaremos a Dios y luego seremos ricos". 6''. No nos sentemos a la mesa ante una multitud de manjares y bebidas complicados; preparemos más bien una bandeja con una comida y una bebida sencillas como el pan y el vino que contentaron a nuestros Sabios padres.
7. Como no soportamos la verdad simple, desnuda y perfecta es necesario que el Señor la adorne con follajes y flores para contentarnos. Pero también le ha puesto espinas a fin de alejar a los superficiales y a los inconstantes. "La corona del Señor bien puede dejar tuertos a los imprudentes y a los presuntuosos que se lanzan desconsideradamente a su cabeza, en lugar de adorar sus pies santos y perfectos." 7'. Si somos pusilánimes en nuestra búsqueda y si tememos examinar el fundamento de todas las cosas creadas, nunca encontraremos ni saborearemos a Dios aquí abajo. "¡Cuán débiles, tristes y pobres somos cuando el Señor está ausente de nosotros mismos, y henos aquí animados, alegres y colmados cuando habita de nuevo en nuestros corazones!"
8. El Libro confirma las Escrituras santas como un hijo abnegado responde por sus padres bien amados. 8'. Dios se ha hecho hombre en la carne de Adán para que nosotros seamos hechos Dios en el oro de Cristo.
9. "Cuanto más demos, más recibiremos." Así, el enriquecimiento viene de la libre circulación de bienes y el empobrecimiento viene de su inmovilización. 9'. Quien ama a Dios y su creación también será amado por todos los seres, ya que amando salvaremos y seremos salvados.
10. Quien espera sentarse en el banquete divino no debe extrañarse de no recibir aquí abajo las migas que colman a los transeúntes ajenos al amor. "¡Oh, fidelidad de la primera hora y de la última!" 10'. Quien maldice a los ricos y a los poderosos se priva de llegar a ser algún día como ellos, so pena de maldecirse a sí mismo; pero el que desprecia a los pobres ya se ha condenado a la soledad de la muerte. "¡Oh, cómo lava el don secreto la mancha del pecado!"
11. Quienquiera que seamos y hagamos lo que hagamos, mantengamos el espíritu y el corazón fijos en Dios a fin de no perdernos en las tinieblas de este mundo. 11'. Procuremos que nuestro pensamiento último esté siempre en Dios a fin de purificar nuestras visiones durante el recogimiento de la vigilia, durante el del sueño y durante el de la muerte.
12. Quien adora a Dios en espíritu y en acto tiene la seguridad de no equivocarse aquí abajo ni en otra parte. 12'. Quien busca a Dios va a la soledad de la naturaleza. Quien ha encontrado a Dios vuelve a la sociedad de los hombres.
13. No hay obstáculo infranqueable para quien cultiva la buena voluntad en Dios, ya que los terrores de la noche se desvanecen ante la luz del Perfecto. 13'. Nuestro Señor, que habita la vida, no nos abandonará en la hora difícil de la separación y del despojamiento, con tal de que brillemos al menos como luciérnagas en la noche del mundo.
14. Si los mediocres aún pueden germinar, sólo puede ser por el calor del amor fraternal. ¿Quién no querría intentar salvar a los más desheredados de entre los humanos? 14'. ¡Que los Sabios y los santos que nos han puesto en la vía de Dios sean bendecidos para siempre en el seno purísimo y muy viviente del único Esplendor!
15. Quien reconoce sus errores desarma a sus enemigos y los transforma en aliados. 15'. Todo lo que amamos nos sirve y nos libera. Todo lo que odiamos se nos escapa y nos oprime al final.
16. Dios bien nos busca a pesar nuestro, cuando nos ocultamos de él. ¿Por qué no lo buscaríamos a pesar suyo, cuando nos esquiva? 16'. El bautismo del agua nos libera y nos purifica, pero el bautismo del Espíritu Santo nos fecunda y nos anima plenamente.
17. Legiones de ignorantes nos explican la sabiduría profana. Cantidad de sabios nos imponen la ciencia extranjera. Tropeles de inteligentes nos desvelan los secretos de la creación. Una multitud de valerosos nos promete la felicidad para mañana. Millones de delirantes multiplican la locura de todos. Millares de falsos profetas nos describen sus tinieblas. 17'. Y vosotros, pobres rebeldes que os agitáis, que aulláis y maldecís en el exilio de la muerte, se os considera geniales y no tenéis ni siquiera la inteligencia de buscar en silencio y con paciencia la salida de vuestra prisión tenebrosa y helada. Tropezáis con la superficie de las palabras y de las cosas, y lanzáis inútilmente palabras y cosas a la superficie del mundo.
18. Y nosotros, aturdidos por sus gritos y gesticulaciones, seguimos pereciendo en la ignorancia y en el miedo, en la duda y en el odio, en la soledad y en el desespero, en la esclavitud y en la miseria, en la vejez y en la enfermedad, pues, como ellos, hemos perdido el conocimiento divino y repudiado la conciencia de Dios, creyendo estúpidamente ordenar el caos con nuestra inteligencia, con nuestra razón y con nuestra voluntad irrisorias. 18'. Sois tan poco perspicaces como vuestro consejero el demonio, que juzgó estúpidamente por la apariencia al primer hombre que Dios le presentó. Vosotros que glorificáis diariamente el odio, Dios ya os ha excluido de la tierra de los vivos y os odiaréis cada vez más hasta la dispersión final. "¡Qué brutal e inesperada es la caída de los malvados! ¡Y cómo perdona Dios a los que vuelven a él libremente!"
19. El hedor del pecado es lo que nos ha conducido a la fosa. Pero la bendición de Dios es lo que nos salvará de la muerte, y el amor calorífico del Señor es lo que nos confirmará en el esplendor de la vida. 19'. Nuestro semejante y nosotros mismos formamos el mismo ser y contenemos la misma luz. Es un secreto de Dios al que muy pocos se acercan y que sólo algunos elegidos poseen enteramente, ya que las almas permanecen distintas incluso en el seno del único.
20. A cada uno le corresponde buscar a Cristo, encontrarlo y albergarlo para ser salvado, transformado y perfeccionado en él. 20'. El oro celeste es lo que debemos encarnar (después de habernos desembarazado de la podredumbre del pecado), a fin de ser afianzados en la vida eterna.
21. Los estúpidos y los ignorantes siempre quieren tener razón en todo porque confían en ellos mismos o en los demás. Los Sabios y los santos aceptan fácilmente estar equivocados ya que se remiten a Dios, que conoce exactamente el fundamento de todas las cosas. 21'. Consultemos al Señor y obedezcámosle en todo si queremos conservar la vida, la salud, la paz, el honor y los bienes que nos ha consentido aquí abajo. "Los santos de Dios irradian el amor para todas sus criaturas"
22. Muchos están llenos de buenas intenciones hacia las santas Escrituras, pero están igualmente llenos de ignorancia en lo que concierne a su significado esencial. 22'. Si poseyéramos una simplicidad y una fe capaces de experimentar lo inverosímil, penetraríamos en el secreto de las palabras divinas y reencontraríamos la inmortalidad del jardín de Dios.
23. Las estrellas, la luna y el sol brillan sobre el mundo, mientras que los inteligentes y los sabios disputan y deliran acerca del Dios invisible que envía la vida y que la atrae hacia sí. 23'. El que es puro, luminoso y viviente no se preocupa por ello; no obstante, ilumina en el espesor de la noche. "Ser y olvidarlo" 23". El Espíritu de Dios, volviendo sobre sí mismo, produce la luz.
24. Cuando hayamos asido al Señor por su cabellera dorada, cuando haya transfigurado nuestra miserable cabaña en palacio, cuando se haya convertido en nuestro compañero victorioso e indefectible, entonces bendeciremos con conocimiento de causa las Escrituras santas de todas las naciones y alabaremos a Dios y a su obra sin libros ni instructores. 24'. Es fácil amonestar a los pecadores, fustigar a los hipócritas y golpear a los impíos, pero es difícil convertirlos por el ejemplo y salvarlos por el amor cuando no se conoce visiblemente la unidad de la que han salido y a la que volverán. "Quien conoce el misterio de Dios ama naturalmente a su prójimo sin vacilación ni esfuerzo"
25. Toda la creación nos es ofrecida por Dios, basta con que escojamos y sembremos para cosechar en abundancia, ya sea las obras de vida, ya sea las obras de muerte. 25'. En todas partes hay sabios que escudriñan las santas Escrituras, por doquier inteligentes que profanan los misterios de Dios, y ni un santo que purifique el cuerpo terrestre, y ni un Sabio que realice la encarnación divina.
26. La tierra es negra y se volverá aún más negra, luego se blanqueará poco a poco y reaparecerán los astros, las estrellas innumerables, la luna pura y blanca y el sol vivo y dorado, que serán los signos de la encarnación triunfante sobre la muerte. 26'. La mano del hombre es la que dispone la tierra, pero la naturaleza es la que opera y Dios es quien anima. "Si amamos y bendecimos constantemente a Dios y su creación, él también nos amará y nos bendecirá siempre a través de ella"
27. Volvámonos benévolos y corteses con nuestro prójimo y enviemos buenos pensamientos incluso a nuestros enemigos para que se conviertan a Dios en su corazón. Pues las maldiciones no pueden más que hundirles en sus opiniones y en sus odios oscuros. No obstante, guardémonos de ellos mientras su maldad no se haya apagado. 27'. Los malvados provienen de nuestra falta de bondad, los pobres de nuestra falta de caridad, los incrédulos de nuestra falta de fe, los rebeldes de nuestra falta de obediencia y así con todo lo demás. He aquí por qué siempre es culpa nuestra y nunca de los demás, al contrario de lo que solemos creer.
28. ¡Oh, irrisión!, el Señor nos ha dado el Libro en primer lugar, y los extranjeros lo reciben antes que nosotros, pues, creyéndonos inteligentes en el mundo, nos hemos vuelto estúpidos ante Dios. 28'. Cuanto más conozcamos nuestra indignidad, más espantados estaremos por la inmensidad de la misericordia del Señor y por la grandeza del don que nos concede. 28". ¿Quién se lavará en el fuego y en el agua a fin de volver a ser puro y blanco como la sal de la vida?
29. Si Dios está mal servido, alejémonos de los malos servidores, pero no rechacemos al Señor como hacen los ignorantes, que opinan groseramente sobre lo de dentro según las apariencias de lo de fuera. 29'. Quien se siente libre y rico en Dios no se lamenta más de su pobreza ni de la esclavitud de este mundo, pues ya saborea las arras de la vida eterna. "¡Embriagante promesa! ¡Increíble donación!"
30. Debemos esforzarnos en imitar a Dios, que no constriñe nada ni a nadie en nombre de su verdad y de su justicia, sino que lo madura todo pacientemente por la suavidad de su gracia y de su amor. 30'. La buena voluntad en Dios nos libra de las coacciones del mundo, ya que nos permite entender la enseñanza del Señor y suscita la acción de su Providencia oculta.
31. La sabiduría de los hombres no es la sabiduría de Dios, ya que una mira lo de fuera mientras la otra considera lo de dentro. 31'. El agua viene del cuerpo y el cuerpo viene igualmente del agua, y ambos se unen en la gloria del Salvador perfectísimo.
32. No condenemos ni rechacemos a los extraviados, pues no hace mucho aún estábamos entre ellos. Roguemos más bien para que vengan con nosotros mediante la gracia liberadora y mediante el amor unitivo del Altísimo. 32'. Cuando el Señor nos visita, henos aquí como dioses iluminados, pero cuando nos deja, henos aquí como bestias estúpidas. )Quién puede prever el momento de su venida y quién puede predecir el tiempo de su partida?
33. La gracia, el amor y la fe engendran las obras vivas; cuando desaparecen, el deber, la ley y la coacción hacen las obras muertas. 33'. Nuestros deseos son diez mil cosas esparcidas y muertas, la voluntad de Dios es una sola cosa concentrada y viva.
34. Si bendecimos a Dios y su creación, la vida se abrirá a nosotros y nos recibirá en su seno. Si lo maldecimos todo, la vida se cerrará a nosotros y permaneceremos abandonados en la muerte. 34'. Nuestros santos maestros espirituales son los instrumentos de la bendición de Dios. Honrémosles y roguémosles en el Señor para que nos conduzcan hasta la santa luz de Dios, que tanta falta nos hace aquí abajo.
35. ¿Quién irá hasta el final de la palabra del Señor? ¿Quién penetrará la verdad luminosa de los Escritos santos? ¿Quién practicará la ciencia divina sobre la tierra? ¿Quién entrará vivo en el reino de la eternidad? 35'. Señor, besamos tu tierra santificada, sembramos tu corazón oculto y recogemos preciosamente tu gloria incomparable que nos hace vivir eternamente.
36. Si poseemos la gracia y el amor y si los practicamos para con todos, podemos ignorar la ley y el deber, pero si aún no vivimos en Dios, la ley y el deber deben guiarnos como el bastón duro y seco guía los pasos del ciego. 36'. La plegaria y la alabanza que suben hacia Dios recaen sobre nosotros en bendiciones multiplicadas, como los buenos pensamientos que enviamos a los vivos y a los desaparecidos nos vuelven en dones inesperados.
37. Un sólo versículo iluminará a uno, mientras que otro no verá nada en todo el Libro. "No hay porqué ni cómo para aquello que ES." 37'. ¡Cómo hace germinar al creyente la palabra del Señor y cómo endurece al impío! "¡Oh, profundidad!, ¡oh, misterio!, ¡oh, juicio secreto del Perfecto!"
38. Seamos de los que no se las componen, sino que tienen fe en el Dios que ordena el caos. - Seamos de los que no exigen nada, sino que buscan la vida eterna. - Seamos de los que no se apoderan, sino que ruegan a aquel que colma de bendiciones. - Seamos de los que no envidian, sino que se alegran de los dones del Dios de amor. - Seamos de los que no se agitan, sino que obran con el Dios de resurrección. - Seamos de los que no condenan, sino que piden perdón a Dios para todos. - Seamos de los que no acumulan, sino que imitan al Dios de caridad. - Seamos de los que no se pelean, sino que esperan pacientemente con el Dios que separa y une. Seamos de los que no matan, sino que manifiestan la vida de Dios uniendo el cielo y la tierra. 38'. Los ingratos y los impíos no están cerca de Dios, pero los aduladores y los hipócritas tampoco. - Los libertinos y los perezosos no están cerca de Dios, pero los moralistas y los trabajadores tampoco. - Los ignorantes y los estúpidos no están cerca de Dios, pero los sabios y los inteligentes tampoco. - Los rebeldes y los blasfemos no están cerca de Dios, pero los resignados y los recitadores tampoco. - Los vividores y los pródigos no están cerca de Dios, pero los reprimidos y los ahorradores tampoco. - Los malvados y los furiosos no están cerca de Dios, pero los bien intencionados y los llorones tampoco. - Los justos y los conocedores están cerca de Dios, pero los caritativos y los sencillos también lo están y, por encima de todo, los que tienen la buena voluntad en Dios.
39. Examinemos en qué tienen razón los demás y en qué estamos equivocados nosotros. De esta manera, el acuerdo llegará fácilmente por la aproximación de los semejantes y el alejamiento de los contrarios. 39'. Todo lo que pensamos, nombramos y hacemos se corporifica y se precipita hacia nosotros. Tengamos, pues, mucho cuidado con nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones a fin de no crear nuestra propia desgracia sin saberlo.
40. Los hipócritas, los orgullosos y los malvados se destruyen mutuamente y blasfeman contra el verbo de Dios, ya sea bendiciendo el crimen, ya sea maldiciendo el amor, pues los que se han hinchado van a ser vaciados por la tempestad, y los que se han endurecido van a ser aplastados bajo la muela. Falsos hermanos contra hermanos enemigos. Falsos devotos contra devotos de ciencia muerta. 40'. El Señor no abandona a los suyos, a los que le aman en su corazón y son sumisos a la sabiduría oculta. La red de la desgracia y de la exterminación no se cerrará sobre ellos, ya que la humildad de su amor y de su conocimiento pasará, incluso, a través de las mallas apretadas de la muerte. "¡Qué miserable es nuestro amor por el Señor y cuán nula es nuestra fe en su Providencia!"
41. Muchos quieren hacer creer que saben más que nadie acerca de los misterios de Dios, citando a tontas y a locas las magníficas palabras de los profetas y de los Sabios, e interpretándolas según sus miserables pensamientos del momento. 41'. ¡Oh, irrisión!: se pelean con la luz de las palabras santas y Sabias y, sin embargo, se estancan en las tinieblas. ¡Oh, crueldad!: se golpean con sentencias de vida y se pudren cada día más en el estercolero, ya que ahora los sordos nos aleccionan y los ciegos nos muestran la vía santa.
42. Así, uno moraliza y otro emascula. Este diseca y aquel empaja, y todos parecen pingüinos explicando la Escritura santa a otros pingüinos. 42'. La práctica de la palabra y de la ciencia de Dios es lo que nos salvará de la muerte, y no nuestras buenas intenciones, nuestras bellas palabras o nuestros grandes trabajos.
43. Todo lo que pidamos con fe y perseverancia se realizará algún día ante nuestros ojos, aquí abajo. 43'. Vigilemos, pues, atentamente todo lo que entra y todo lo que sale, para no caer en la trampa de las apariencias engañosas de este mundo.
44. Hagamos todo lo necesario para agradar a Dios y soportemos pacientemente los juicios ciegos del mundo, sin desafío ni justificación profana. 44'. El Libro aún será nuevo y presente cuando todas las orgullosas producciones del mundo hayan vuelto a la nada.
45. ¡Oh, cómo borran el pecado del mundo el buen pensamiento, la buena palabra y la buena acción! ¡Oh, cuánto liberan el alma del creyente la alabanza, la plegaria y la caridad en Dios! 45'. Quien nos ha dado el ser también nos lo puede volver a tomar y a dárnoslo todo de nuevo. ¿Quién puede creer esto en su corazón antes de haberlo visto con sus propios ojos?
46. ¿Cuál será el ridículo de todos los que nos habrán explicado la palabra de Dios sin haberla comprendido ellos mismos? Y ¿cuál será su seguridad ante la evidencia manifestada en el último día? 46'. Quien ha sembrado el buen grano espera con confianza el tiempo de la cosecha. (No creamos penetrar fácilmente la palabra inspirada de Dios si ella misma no nos ha penetrado primero.)
47. ¡Los incrédulos nos han llamado "hombre feliz", pues el amor del Señor nos ha hecho brillar incluso ante los ciegos! 47'. El templo del Señor es su gracia dentro de nuestro corazón, y el sacrificio es su amor por nosotros y es nuestro amor por él.
48. Querrán afiliarnos a iglesias, sectas o sociedades secretas para explicar lo inexplicable, ya que incluso los creyentes han dejado de creer que Dios aún es capaz de hablar directamente a sus hijos. 48'. No buscamos esclavos, ni sectarios, ni ovejas, buscamos hombres y mujeres capaces de vivir santa y libremente en Dios. Pues el tiempo de los rebaños ya pasó y el de la libertad llega.
49. La sabiduría de Dios es la libertad y la abundancia de la vida ofrecida gratuitamente a los hombres sencillos y rectos. La sabiduría del mundo es el ruido y la vanidad de las palabras huecas con las que los ciegos se tranquilizan en su noche. 49'. El ateo piensa sobrevivir por su trabajo y su inteligencia. El religioso cree salvarse por su esperanza y su resignación. Apenas un Sabio o dos por siglo operan el milagro de Dios aquí abajo y entran vivos en la eternidad. (Exageramos su número adrede.)
50. Más valdría no haber nacido nunca antes que despreciar la vida que nos ha sido dada por Dios y que hemos oscurecido estúpidamente. 50'. La razón de Dios está más allá del absurdo, la razón de los hombres permanece siempre más acá.
51. Ni un céntimo y la reprobación de todos a cambio de la verdad desnuda. El dinero y la ayuda del mundo entero a cambio
de la mentira disfrazada. 51'. Ser colmado por Dios y vivir ignorado del mundo, y no ser colmado por el mundo y vivir ignorado de Dios.
52. Los brutos, al menos, proporcionan el reposo del espíritu, mientras que los hipócritas destruyen la fe y los delirantes comunican la locura del demonio. Feliz quien encuentra a un creyente de Dios y habla del único con él, y bienaventurado quien llega hasta un santo de Dios y le escucha hablar del Señor de amor. Muy afortunado, sobre todo, quien descubre a un Sabio de Dios y permanece en su silencio divino. 52'. Señor, enséñanos la humildad de tu santa búsqueda, colócanos una pesada carga sobre la espalda y tierra en la boca hasta que consideremos el tocón de donde hemos sido sacados y hasta que tu bendición nos libere del hedor del pecado y de la oscuridad de la muerte. Señor, por compasión, haz que callemos y que no expliquemos nada profana y vanamente a nadie.
53. Satán está aquí para perder a los malvados, pero también está aquí para devolver a Dios las almas iluminadas por el amor y el conocimiento. 53'. No hay nada oscuro ni oculto en el amor de Dios, pero en su ciencia todo es profundidad y misterio.
54. ¿Acaso sabemos quien es ese niño pequeño que ahora muere ante nosotros de peste? ¿Acaso no es el anciano acaparador que hizo morir de miseria a la cuarta parte de la ciudad? ¿Quién juzga aquí la justicia de Dios con la vista penetrante de un topo? ¿Quién condena la sabiduría del Altísimo con la seguridad inconmovible de un leño? 54'. ¡Oh, infortunio!, los ciegos se han erigido en jueces severos y los sordos se han vuelto ejecutores despiadados. Por eso, la fe y la caridad se han alejado de todos, y la desgracia y la confusión culminan ahora en un mundo desfigurado por el pecado, por el odio y por el miedo. "¿Quién puede creer firmemente en la protección del único? Y ¿quién puede esperar locamente su santísimo don?"
55. ¡Oh, cuán sutil es el maligno, cómo razona y qué bien informado está sobre el mundo! ¡Oh, cómo se disfraza el engañador, cómo se insinúa y cuán hábil es para coger en la trampa a las criaturas de Dios! 55'. Seamos imanes de vida y no imanes de muerte, y sepamos que todo lo que pensamos se corporifica en nosotros y alrededor nuestro y se alimenta de nuestras palabras y de nuestros actos.
56. Tentador bien nombrado, ¡cómo nos pones a prueba en la hoguera de la envidia y del orgullo! Tú dices "YO", pero nosotros contestamos "DIOS". ¡Oh, enemigo!, ¿quién nos salvará del vértigo de tu faz entenebrecida, si no es el amor de nuestro Señor resplandeciente y purísimo? 56'. Así pues, tengamos mucho cuidado con lo que pensamos y con lo que decimos, ya que si es el bien, el bien aparecerá y si es el mal, el mal vendrá igualmente. "Sólo el amor de Dios nos colma y nos satisface verdaderamente. Todo lo demás nos decepciona y aburre rápidamente. Pero además, su santa ciencia es, sin duda, lo que nos salva de la muerte aquí abajo."
57. El que persigue las cosas del mundo queda muy decepcionado al final de su carrera, pero el que no busca nada se deseca en su triste mediocridad. 57'. El que busca incansablemente a Dios y su verdad tiene una oportunidad de encontrarlos aquí abajo y la santa seguridad de acercarse a ellos en el cielo.
58. Confiémonos al Señor, que borrará nuestra pena y multiplicará nuestra alegría, y no nos confiemos al mundo, que envidiará nuestra alegría y rechazará nuestra pena. 58'. Si amamos a Dios en la humanidad y en la naturaleza, Dios nos amará también en los hombres y a través de toda su creación.
59. Después de que todo sea consumido, la gracia, la justicia, la simplicidad, la obediencia, el perdón y el amor germinarán de nuevo, y nuestro Dios reposará visiblemente en sus santos, y todos los salvados se darán el beso de paz sobre una tierra blanqueada y reconciliada por la resurrección. 59'. El Libro podría extenderse al infinito; basta con que nos haya hecho tocar la raíz sagrada del comienzo y entrever la santa luz del Perfecto, ya que el Señor en persona será la palabra viva del final para sus Sabios y para sus santos.
60. El mundo esencial y substancial será separado del mundo excremencial, y el primero será glorificado con los santos de Dios, mientras que el segundo será desechado con los rebeldes y los malvados. 60'. En el comienzo crepuscular del fin, las estrellas serán reunidas para formar con el sol, la luna y los santos la tierra de los vivos fecundada por Dios; y a continuación habrá el medio tenebroso del fin.
61. No encontraremos a Dios por las especulaciones de la inteligencia ni por el trabajo de nuestras manos. Encontraremos a Dios únicamente imitando a Dios, pues la siembra de nuestra muerte prepara la cosecha de nuestra vida. 61'. Después, la luz volverá poco a poco y la reina y el rey del cielo aparecerán en el esplendor divino, y habrá el fin resplandeciente del fin, anunciado y bendecido por los profetas del Señor Dios.
62. Nuestra razón, nuestro valor y nuestro trabajo son impotentes para abrirnos las puertas de la vida si la bendición y la inspiración divinas no los acompañan. 62'. El Señor abre el entendimiento de quien es dócil a su voz, y todo le sale bien sin esfuerzo, pero ciega al insensato que sólo escucha su propio consejo y le conduce a su perdición.
63. ¿Por qué trabajar duramente y por qué combatir ferozmente para obtener la sombra de la vida, cuando el Señor nos ofrece con generosidad la realidad divina que nunca se agota? 63'. No fuerces a la Deseada, amigo mío, pues si ha de venir a ti, se manifestará por sí misma. El Señor sabe lo que hace y tú aún lo ignoras.
64. Es bueno ofrecer un presente al maestro espiritual, pero ¿quién es el discípulo inteligente que le enviará un buen pensamiento de amor? 64'. Quien bendice en su corazón a Dios y a sus santos hace brillar visiblemente una parcela de la vestidura del único.
65. Seamos como huérfanos que buscan febrilmente a su Señor día y noche, y después volvámonos como odres vacíos que esperan ser llenados del néctar de los cielos. 65'. A un viviente se le perdona todo, excepto estar presente entre los agonizantes de este mundo. "¡Oh, sacrificio santísimo de los Hijos del único!"
66. Hemos caído en la fosa de inmundicias y hemos tragado la basura tenebrosa. ¿Quién nos liberará ahora del hedor del pecado que nos sumerge por todas partes? ¿Quién nos curará del veneno virulento que corroe nuestros corazones y apaga nuestro espíritu? ¿Quién separará la sanies de la carne del Dios viviente? 66'. ¡Oh, Señor miraculoso!, abre nuestros corazones a tu santo rocío y vuelve a habitarnos en el esplendor primero, si no, estamos perdidos para siempre y nadie se compadecerá aquí abajo de nuestro desconsolado lamento. "Lávanos, lluvia de los cielos, y siémbranos, sol glorioso."
67. Nuestra presunción imbécil es, desde luego, lo que nos impide reconocer la obra grandiosa del Señor de vida y de luz, y nuestra atenta y santa humildad es, desde luego, lo que nos permite descubrirla en el mundo. 67'. Primero, admiraremos las obras de los hombres durante nuestro sueño; luego, admiraremos las obras de la naturaleza cuando empecemos a ver claro. Finalmente, admiraremos las de Dios cuando estemos del todo despiertos.
68. El pecado y la caída es haber comido el fruto envenenado del árbol doble, es haber absorbido la substancia viva con la mugre muerta y es seguir haciéndolo. 68'. La regeneración y la redención es descubrir y comer el fruto puro del árbol único que expulsará de nosotros el hedor, la oscuridad y la inercia fatal de la muerte.
"Habrá una reunión de salvados, como lo ha dicho IAVE. JOEL.
Buscad a Dios, vosotros, humildes del país que habéis practicado su ley.
Buscad la justicia, buscad la humildad. Quizás estéis a cubierto el día de la cólera de Dios. SOFONIAS".
Agradecemos la colaboración de Raimon Arola y su revista La Puerta.
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