"La puerta principal a la bendición de Dios."
Cartas de Sergio Etcheverry
Y entonces el habitante de la tierra rezó y rezó, pidiendo por sus necesidades, como quien repica una campana sin parar. Así fue que sus palabras se reprodujeron encerradas en una gran bocanada de respiración. Su mente -aún pensante a la par del rezo de su boca- repetía: "Quiero abrir esa puerta cerrada, la que conduce a la bendición de Dios." Pero la noche pasó, y muchas más, y la puerta seguía tan lejana como invisible. Y Dios hizo todo para hacerle pensar que estaba casi solo. Sus amigos se olvidaron de él y los mensajes se hicieron tan escasos como los sabios en ese tiempo de tribulación. Entonces los tentadores olieron su soledad con aroma a prueba. Y así lo acosaron hasta hacer conjugar en su mente las ilusiones más absurdas. Y de la mano de esas bajas ilusiones llegaron más y más pruebas. Entonces el habitante de la tierra corrió a su biblioteca y navegó con los recuerdos de su mente en la página de viejos libros, y escuchó las voces de quienes señalaban los caminos de la Puerta cerrada al Palacio del Rey. Y pasaron los días, rezando, como quien alimenta secretamente el fuego de la vida, y un atardecer, un libro que él nunca había abierto, cayó de la biblioteca. Y allí estaba abierto mostrando un dibujo de un ángel custodio portando una espada. Así Dios a través del ángel habló: "Tú te vanagloriaste de tu humildad y te comparaste con otros hombres con menos conocimiento y esperaste abrir la puerta principal a mi bendición a través de complejas fórmulas, y pensaste en los grandes príncipes alados y en sus nombres cuando tu propia voz no salía más allá de tu boca. Conoce primero al ángel que te he otorgado y él le mostrará a tu espíritu, cuando estés preparado, las 7 puertas. Conoce como obrar con él y su espada y así la noche dejará de ser oscura para convertirse en un bendito fuego de estrellas." Bendiciones Sergio |
"Y entre los libros de la buena memoria, me quedo oyendo como un ciego frente al mar..."
Luis Alberto Spinetta (Los libros de la buena memoria, El Jardín de los Presentes).